Es necesario acondicionar el espacio que nuestra mascota comparte con nosotros en la casa, con los cambios o elementos necesarios para su seguridad y confort.
El cuidado de nuestra mascota incluye dedicarle tiempo de atención, que puede ser mayor o menor, pero con la intensidad y el compromiso necesarios.
Hay que prever la posibilidad del paseo, el ejercicio y el juego necesarios para que nuestras mascotas, que no son sedentarias, puedan gastar su energía.
Debemos estar informados sobre tipo de alimento, horarios y ración que requieren nuestras mascotas de acuerdo a su edad, su tamaño y la medida en que gastan energía.
Es imprescindible llevar a nuestra mascota con regularidad al veterinario. Debemos estar atentos a las manifestaciones o cambios en su conducta, que pudieran indicar que algo no anda bien.
Tenemos que preservar a nuestras mascotas de los rigores del clima y las temperaturas extremas, por ejemplo: manteniéndolas frescas en verano para que no sufran deshidratación y abrigadas en los fríos del invierno para que no se enfermen.
Además de alimentarla y protegerla, nuestra mascota necesita muestras de afecto y cercanía para que sienta que la queremos.
Somos responsables por nuestras mascotas: tenemos que estar dispuestos a responder por cualquiera de sus acciones hacia otras personas, el entorno, las demás mascotas, el ambiente o en caso de que trabajen para la ayuda humanitaria.
Cuando nos vamos de vacaciones debemos pensar bien qué hacemos con nuestras mascotas, ya sea que las llevemos con nosotros o busquemos un sitio donde puedan cuidarlas en nuestra ausencia.